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Juan comienza a predicar y a bautizar 

Marzo, 25 CE

Juan el Bautista, inspirado para anunciar al Mesías, comenzó a predicar a los treinta y dos años desde Engedi, en marzo del año 25 de la era cristiana. Su enfoque distinto, emulando a Elías, y su práctica del bautismo atrajeron a numerosos seguidores, bautizando a más de 100.000 en quince meses.

Juan comienza a predicar y a bautizar
  • Resumen

    Una vez que Juan el Bautista decidió que estaba llamado a ser el precursor del Conceptos del Mesías esperado y el heraldo del nuevo reino, partió de Engedi en marzo del año 25 de la era cristiana para iniciar su carrera de predicador. Tenía treinta y dos años.

    Juan tenía una personalidad notable. Vestía como el Elías de antaño, y trataba de emular a Elías en su estilo de acercamiento a los pecadores y a los vicios de la época, exhortando a todos a "¡Arrepentíos!" La gente de aquel tiempo estaba preparada para Juan; estaban hambrientos de su mensaje de la restauración del reino de Dios y de la promesa del Mesías. Su práctica del "bautismo de arrepentimiento" fuera de los muros del templo fue una característica novedosa de su ministerio. En quince meses, Juan bautizó a más de cien mil creyentes contritos.

    Juan basó su ministerio en el cruce de Betania del Río Jordán, predicando y bautizando a los que pasaban por allí, atrayendo a miles de personas que quedaron prendadas del poder de su presencia y de su mensaje. Aunque aún albergaba algunas dudas sobre si Jesús era el Mesías, no dudaba de la realidad del nuevo reino y exhortaba a todos a prepararse, pues "el reino está cerca."

  • Juan comienza a predicar y a bautizar

    Cuando Juan el Bautista tenía treinta y dos años, estaba convencido de que su misión en la vida era convertirse en el heraldo del Mesías esperado y del reino de Dios. Un día de principios de marzo del año 25 de nuestra era, Juan salió de Engedi para inaugurar su labor como predicador público. Aunque su carrera fue corta, fue brillante.

    Juan era un admirador de Elías de antaño; había adoptado la forma de vestir de Elías -una camisa peluda con un cinturón de cuero- y con su larga cabellera y su impresionante estatura de 1,80 metros, sin duda llamaba la atención. Se parecía a Elías e intentaba emularlo también en su manera de predicar la justicia. Aunque un poco tosco, Juan conocía bien las Escrituras y era un orador lúcido y poderoso. Era un apasionado crítico del pecado y la injusticia.

    Juan estableció su campamento en el vado de Betania, en el lado oriental del Jordán, frente a Jericó. Este era el vado más transitado del río, notable por ser el cruce que utilizaron los israelitas al entrar en la tierra prometida. Juan predicaba a los que iban y venían de Jericó desde su campamento, cerca de la entrada del vado. Durante cuatro meses, Juan predicó y bautizó en el vado de Betania antes de dirigirse al norte. Decenas de miles de personas -curiosos, sinceros y serios- pasaron por su campamento desde todas partes de Judea, Samaria, Perea e incluso Galilea.

    Los judíos anhelaban la restauración del reino y la "consolación de Israel", es decir, el Mesías prometido. Cuando Juan declaró que "El Reino de los Cielos está cerca", estas palabras tuvieron un profundo significado para aquellos judíos expectantes que prestaron atención a lo que Juan decía. Juan era claramente más que un mero predicador. Juan poseía la voz de la autoridad; los que le escuchaban sentían que habían oído las palabras de un profeta y se conmovían hasta el alma. En su personaje de pastor, vestido como Elías, y con su voz atronadora, la fama de Juan creció rápidamente por toda Palestina, ya que los que le oían hablar llevaban consigo la noticia de este extraño predicador cuando viajaban por su campamento.

    Además de la imponente apariencia de Juan y su forma de predicar, su ministerio incluía el Historia del bautismo de sus creyentes en el Jordán para "la remisión de los pecados" Nunca antes se había esperado que los judíos se sometieran al bautismo, nunca fuera del templo de Jerusalén, y nunca con el propósito de arrepentirse. Sin embargo, en apenas quince meses -la duración del ministerio de Juan antes de ser arrestado por Herodes Antipas Juan consiguió bautizar a más de cien mil creyentes.

  • El estilo de predicación de Juan

    A principios de mayo, Juan fue abordado por un grupo que representaba a sacerdotes y levitas judíos que le exigieron saber si afirmaba ser el Mesías, y querían saber por qué se sentía con autoridad para hablar como lo hacía. Juan respondió: "Id a decir a vuestros señores que habéis oído la voz de uno que clama en el desierto, como dijo el profeta: 'Preparad el camino del Señor, enderezad una calzada para nuestro Dios. Todo valle se llenará, y todo monte y collado se rebajará; la tierra desigual se convertirá en llanura, y los lugares escabrosos en valle suave; y toda carne verá la salvación de Dios'".

    Juan era un predicador ardiente, y no tenía pelos en la lengua en su mensaje de arrepentimiento. Un día se le acercaron unos Fariseos y Saduceos que querían ser bautizados. Antes de llevarlos al agua, Juan les dijo: "¿Quién os ha dicho que huyáis como víboras del fuego de la ira venidera? Yo os bautizaré, pero os advierto que deis frutos dignos de sincero arrepentimiento si queréis recibir la remisión de vuestros pecados. No me digáis que Abraham es vuestro padre. Yo declaro que Dios puede, de estas doce piedras que están aquí ante vosotros, levantar hijos dignos para Abraham. Y aun ahora el hacha está puesta a las raíces mismas de los árboles. Juan no fue duro con los que se presentaban para el bautismo, exhortándoles a arrepentirse sinceramente, ya fueran plebeyos o fariseos.

    A medida que reunía discípulos, Juan dirigía clases para ellos, instruyéndoles para que no sólo enseñaran la letra de la ley, sino el espíritu de la ley. Por ejemplo, dijo a los ricos que dieran de comer a los pobres, y a los recaudadores de impuestos que sólo tomaran lo que se les debía. A los soldados les dijo que "no hicieran violencia" y que se conformaran con su salario. Y a todos les predicó: "Preparaos para el fin de los tiempos: el reino de los cielos está cerca".

  • "Acontecimiento - Juan comienza a predicar y a bautizar" - por Midjourney y Gary Tonge"Acontecimiento - Juan comienza a predicar y a bautizar" - por Midjourney y Gary Tonge
  • Juan viaja al Norte

    Aunque Juan estaba seguro en su espíritu de la realidad inminente del reino venidero, aún albergaba cierta confusión en su mente sobre la naturaleza del reino. Sobre todo, aún no estaba seguro de que Jesús fuera a ser el gobernante de ese reino. Sus padres le habían inculcado la idea de que Jesús era el Libertador largamente esperado. Esperaba la restauración del trono de David y que Jesús había nacido en Belén, la ciudad de David. Estas ideas eran constantes en su mente. Pero Juan también pensaba en el significado espiritual de tal reino y se preguntaba por el fin de una era que estaba por llegar. En última instancia, tenía dudas sobre si Jesús participaría en estos acontecimientos.

    Juan pensó profundamente en Jesús y albergó dudas, pero no por mucho tiempo. Sobre todo, quería poder hablar de estas cosas con Jesús. Pero cuando se conocieron en Nazaret a los dieciocho años, habían acordado mutuamente que no volverían a verse hasta que ambos hubieran sido llamados al servicio público.

    En su viaje hacia el norte, remontando el Jordán, Juan se detuvo en numerosos lugares, entre ellos un pueblo llamado Adam, donde alguien le preguntó directamente si era el Mesías. Y fue allí donde Juan hizo su primera referencia a "otro que ha de venir después de mí": "Vendrá después de mí uno que es más grande que yo, a quien no soy digno de desatarle las sandalias. Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con el Espíritu Santo. Y su pala está en su mano para limpiar a fondo su era; recogerá el trigo en su granero, pero la paja la quemará con el fuego del juicio".

    El mensaje inicial de Juan de "arrepentíos y bautizaos" se fue modificando y ampliando a medida que continuaba instruyendo a sus discípulos y seguidores; y a medida que éstos seguían haciendo preguntas, su mensaje se hacía cada vez más útil y reconfortante para las multitudes que llegaban de Galilea y la Decápolis. Cientos de seguidores adoradores acompañaban a su amado maestro día tras día.

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Colaboradores

MaryJo Garascia, Mike Robinson, Gary Tonge

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