Zacarías 

El escenario fue a finales del mes de junio del año 8 a.C., a mediodía, en la ciudad de Judá, a cuatro millas de Jerusalén. Zacarías dirigía los servicios religiosos ante el altar de Jerusalén, orando por la venida de un libertador, cuando un mensajero celestial, Gabriel, Gabriel se aparece a Isabel.

Gabriel dijo a Isabel: "Mientras tu esposo Zacarías está ante el altar de Jerusalén y el pueblo reunido reza por la venida de un libertador, yo, Gabriel, he venido a anunciarte que pronto tendrás un hijo que será el precursor de este divino maestro, y llamarás a tu hijo Juan. Crecerá consagrado al Señor, tu Dios, y cuando llegue a la edad adulta, alegrará tu corazón porque convertirá muchas almas a Dios, y también proclamará la venida del sanador de almas de tu pueblo y del liberador de espíritus de toda la humanidad. Tu parienta María será la madre de este niño de la promesa, y yo también me apareceré a ella".

Isabel se asustó de esta experiencia y ocultó la información a Zacarías durante cinco meses. También lo mantuvo en secreto a todos los demás hasta que recibió la visita de María, que pronto sería la madre de Jesús, en febrero del año siguiente, 7 a.C.

Cuando Isabel finalmente le contó a Zacarías la visita de Gabriel, él recibió la noticia con gran escepticismo, dudando de toda la experiencia durante semanas, hasta que ya no pudo poner en duda que Isabel estuviera realmente embarazada. Se quedó perplejo, sin dudar de la integridad de Isabel, aceptando que iba a ser el padre de su hijo, pero sin estar plenamente convencido de que sería el padre de un hijo del destino.

Unas seis semanas antes del nacimiento de Juan, Zacarías tuvo un sueño impresionante que le convenció de que él e Isabel estaban a punto de convertirse en padres de un hijo del destino que iba a preparar el camino para la venida del Mesías por el que él mismo había estado rezando el día de la aparición de Gabriel a Isabel.

A Isabel y Zacarías les Nacimiento de Juan el Bautista un hijo en la ciudad de Judá, el 25 de marzo del año 7 antes de Cristo. Tras su circuncisión ocho días después, el niño recibió formalmente el nombre de Juan. Zacarías ya había enviado un mensajero a Nazaret con un mensaje de Isabel a María sobre estos acontecimientos.

Desde el principio, Zacarías e Isabel educaron a Juan impresionándole con la idea de que crecería para ser un líder espiritual y un maestro religioso. Juan no tardó en asimilar estos impulsos, e incluso de niño asistía con frecuencia a los servicios de Zacarías en el Templo de Jerusalén. Estaba impresionado por la importancia de todo lo que presenciaba.

Tras una enfermedad de varios meses, Zacarías murió en julio del año 12 de la era cristiana, cuando Juan tenía sólo dieciocho años.