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Jericó 

Jericó, conocida como la ciudad más antigua del mundo, combina importantes elementos geológicos, históricos, culturales y espirituales. Está estrechamente relacionada con el ministerio de Jesús, donde realizó curaciones y enseñó importantes parábolas, lo que simboliza su importancia perdurable.

Jericó
  • Resumen

    Jericó, a menudo conocida como la ciudad más antigua del mundo, ocupa un lugar especial tanto en la historia antigua como en la tradición religiosa. Su importancia es múltiple: geológica, histórica, cultural y espiritual. La ciudad está entrelazada con la historia de Jesús, especialmente durante sus viajes. En Jericó, Jesús curó a Bartimeo, presentó las parábolas del buen samaritano y de las libras, hizo hincapié en la santidad del matrimonio y de los hijos, y se enfrentó al escrutinio de los espías enviados por el Sanedrín. También fue allí donde sus padres se dieron cuenta de que habían perdido la pista del joven Jesús durante un viaje de regreso de la Pascua.

    El rico tapiz histórico de Jericó constituye un relato único de la civilización humana. Como lugar donde Jesús trajo curación y esperanza, Jericó está profundamente entrelazada con las tradiciones religiosas. Las contribuciones de la ciudad a la urbanización, el comercio y la cultura de los primeros tiempos consolidan aún más su lugar como uno de los lugares históricos más importantes del mundo. Jericó sigue inspirando, representando tanto el pasado antiguo como las aspiraciones modernas de quienes la consideran su hogar.

  • Actividades de Jesús en Jericó

    Durante La primera Pascua de Jesús - 13 años, a la edad de trece años, Jericó se encontraba en la ruta a Jerusalén y fue la primera parada nocturna en el camino de regreso a Nazaret. Fue en Jericó donde José y María se dieron cuenta de que habían dejado a Jesús en Jerusalén. José supuso que Jesús regresó en el grupo de María con las mujeres, como había hecho en el camino de ida. María supuso que Jesús viajó a casa con José en el grupo de los hombres porque, después de sus ceremonias de graduación y confirmación, Jesús era considerado técnicamente un joven de Israel. María y José pasaron la noche en vela y, por la mañana, partieron de nuevo hacia Jerusalén. Pasaron los días siguientes a su llegada a Jerusalén registrando la ciudad, hasta que encontraron a Jesús hablando en el templo.

    Jesús y sus Los Doce Apóstoles viajaron a Jericó para difundir el mensaje del amor de Dios. Uno de los acontecimientos más memorables de Jericó fue la Jesús cura a Bartimeo, un mendigo ciego que sufría desde su juventud y al que Jesús devolvió la vista. Este milagro no sólo simbolizaba la curación física, sino también la iluminación espiritual, pues Jesús trataba de derribar los muros de prejuicios y fariseísmo que dividían a la gente. Los apóstoles realizaron una labor pública en Jericó y descubrieron que la buena nueva del reino era muy reconfortante para los enfermos y afligidos. Fue en Jericó donde Jesús contó por primera vez la Jesús cuenta la historia del buen samaritano. El mensaje de Jesús sobre Jesús habla del matrimonio y el divorcio se extendió por todo Jericó. Decenas de madres acudían al lugar donde se alojaba Jesús, trayendo a sus hijos para que los bendijera. También fue allí donde Jesús enseñó por primera vez la parábola de las libras, basada en Arquelao, un personaje histórico real.

    Fue en Jericó donde Seis espías de Jerusalén enviados por el Sanedrín alcanzaron a Jesús y a sus seguidores, alegando que querían convertirse en discípulos. Tras intentar tenderle una trampa, sólo tres regresaron para informar a los sumos sacerdotes de Jerusalén.

    Judas Iscariote también era de Jericó, ya que se había trasladado allí de joven con su familia desde Kerioth, una pequeña ciudad del sur de Judea. Era hijo único de padres ricos pero imprudentes. Su padre, Simón, era un hombre de negocios en Jericó, y Judas trabajó como su ayudante durante su juventud. Esta experiencia en el comercio y las finanzas probablemente influyó en su posterior papel como tesorero entre los apóstoles de Jesús.

    Además, Jericó tenía un significado importante para Jesús por su asociación bíblica con Josué, el líder que condujo a los israelitas a la Tierra Prometida. Jesús descubrió que sus padres le habían puesto el nombre de ese mismo Josué cuando viajaban a Jerusalén para celebrar la Pascua. Este paralelismo era simbólico, ya que Jesús pretendía guiar a la gente hacia una nueva comprensión del reino de Dios. Sus enseñanzas fueron bien recibidas en Jericó, y sus apóstoles siguieron sus instrucciones, predicando plenamente las buenas nuevas del reino. Jericó, por lo tanto, se convirtió en una parada vital en el ministerio de Jesús, representando un lugar de curación, fe y transformación.

  • Historia antigua de Jericó

    Jericó, conocida como Tell es-Sultan en la antigüedad, ha sido durante mucho tiempo un centro de asentamiento humano. Las pruebas arqueológicas sugieren que Jericó es una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo, con una actividad humana que se remonta a unos 9.000 años antes de Cristo. Estos primeros asentamientos marcan la transición de la sociedad humana de estilos de vida nómadas a comunidades agrícolas asentadas. Los habitantes de Jericó fueron pioneros en agricultura, domesticación de animales y cultivos, lo que facilitó el crecimiento de una sociedad urbana primitiva.

    Una de las características más notables de la antigua Jericó es su muralla protectora, construida alrededor del año 8.000 a.C.. Se considera uno de los primeros ejemplos de fortificación urbana, lo que indica la existencia de una sociedad altamente organizada, capaz de planificar y defenderse. La importancia bíblica de Jericó, especialmente la historia de Josué y la Batalla de Jericó, ha cautivado la imaginación de generaciones. Según el Libro de Josué, las murallas de la ciudad cayeron milagrosamente después de que los israelitas la rodearan durante siete días. Aunque las pruebas arqueológicas de este suceso son discutidas, subrayan el papel de Jericó en la historia espiritual y militar de la región.

  • Comercio de Jericó

    Debido a su situación estratégica en el valle del Jordán, Jericó se convirtió en un importante centro de intercambio y comercio. La proximidad de la ciudad a importantes rutas que conectaban el Mediterráneo, el Río Jordán y la Península Arábiga la convirtieron históricamente en un centro ideal para el comercio de mercancías como especias, textiles y metales preciosos. Los abundantes manantiales de Jericó proporcionaban un suministro constante de agua, lo que la convertía en un lugar atractivo para los asentamientos y la actividad económica. El fértil suelo de la ciudad permitía el cultivo de palmeras datileras y bálsamo, productos muy apreciados en los mercados antiguos.

    Durante la época romana, Jericó siguió prosperando económicamente. Herodes el Grande construyó suntuosos palacios y jardines en la zona, transformándola en un lujoso refugio para los funcionarios romanos y las élites judías. La prosperidad comercial de la ciudad ayudó a consolidar su estatus como centro urbano vital, contribuyendo a la riqueza e influencia de la región.

  • Importancia cultural de Jericó

    Desde el punto de vista cultural, Jericó fue un crisol de influencias debido a su larga historia y a su posición estratégica. Como una de las ciudades más antiguas, fue testigo del auge y caída de múltiples civilizaciones, como la cananea, la israelita, la romana, la bizantina y la islámica. Estas culturas dejaron una huella duradera en la ciudad, contribuyendo a su rico y diverso patrimonio. Las antiguas murallas y los yacimientos arqueológicos de Jericó, como Tell es-Sultan y el palacio de Hisham, permiten hacerse una idea de su importancia histórica y su legado cultural.

    En la tradición bíblica, Jericó es conocida como la "Ciudad de las Palmeras" debido a la abundancia de palmerales que la rodean. Estos palmerales se convirtieron en símbolo de la prosperidad y la belleza natural de la ciudad. La memoria cultural de Jericó, ligada a sus relatos bíblicos y a su importancia arqueológica, sigue conformando su identidad en la actualidad.

  • Influencia religiosa de Jericó

    Desde el punto de vista religioso, Jericó ocupa un lugar especial en las tradiciones judía y cristiana. Para los judíos, la ciudad es un símbolo de la intervención divina, como refleja la milagrosa caída de sus murallas en el Libro de Josué. Jericó también desempeñó un papel en el viaje de los israelitas a la Tierra Prometida, marcando un hito importante en su historia religiosa.

    Jesús habló de Josué, de quien era tocayo, y recitó cómo Josué y los israelitas habían subido a Jerusalén a través de Jericó. Al comentar la leyenda del derrumbamiento de los muros de Jericó, Jesús dijo: "No me preocupan esos muros de ladrillo y piedra; pero quisiera que los muros de los prejuicios, de la justicia propia y del odio se derrumbaran ante esta predicación del amor del Padre por todos los hombres."

    En el Religión - Cristianismo, Jericó es importante por su asociación con el ministerio de Jesús. La historia de la curación de Bartimeo es uno de los acontecimientos clave que ponen de relieve la compasión y los poderes milagrosos de Jesús. Jericó también sirve de metáfora en las enseñanzas de Jesús para derribar las barreras -tanto físicas como espirituales- entre las personas. El significado religioso de la ciudad sigue atrayendo a peregrinos y visitantes interesados en seguir los pasos de personajes bíblicos.

  • Jericó moderna

    En la actualidad, Jericó, conocida como Tulul Abu el-Alayik (o simplemente Alayik), es una ciudad de Cisjordania bajo control administrativo de la Autoridad Palestina. Tiene unos 18.000 habitantes y forma parte de la gobernación de Jericó. A pesar de las complejidades políticas de la región, la Jericó moderna conserva su encanto histórico y sigue siendo un centro turístico y agrícola. El rico pasado de la ciudad y sus yacimientos arqueológicos, como el Palacio de Hisham y el Manantial de Eliseo, atraen a turistas y estudiosos por igual.

    Geológicamente, Jericó está situada en el valle del Jordán, una de las regiones más bajas del planeta, a unos 250 metros por debajo del nivel del mar. La ciudad se beneficia de abundantes manantiales naturales, que han sustentado los asentamientos humanos durante milenios. El manantial de Eliseo, llamado así por el profeta bíblico, sigue siendo una de las fuentes de agua más importantes de la zona.

    El clima árido y la fértil tierra de Jericó la han convertido en un oasis en el valle del Jordán. El desierto que la rodea y su proximidad al Mar Muerto confieren a Jericó un perfil ecológico único. Sus características geológicas, combinadas con su importancia histórica y cultural, contribuyen a su reputación como ciudad de importancia perdurable.

Lecturas sugeridas de este ensayo

Personas relacionadas

  • Judas Iscariote

    El duodécimo apóstol; traidor de Jesús.

  • Jesús

    Hijo de Dios, Hijo del Hombre. Hijo Creador del Universo.

  • José

    Padre de Jesús y esposo de María.

Colaboradores

Susan Lyon, Roland Siegfried, Mike Robinson, Gary Tonge

Referencias y fuentes

  • 124:6.7 Al anochecer, llegaron a Jericó.
  • 125:3.1-2 Los viajeros de Nazaret no se perdieron a Jesús.
  • 138:2.9 Judas Iscariote era hijo único de ricos padres judíos.
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