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La fiesta de los Tabernáculos 

Septiembre 25, 29 CE (Domingo)

Jesús asistió a la fiesta de los tabernáculos en el año 29 de la era cristiana, declarando su misión de establecer el reino espiritual de Dios. Pronunció influyentes discursos en el templo, desafiando a los enemigos de la tradición, que no se atrevían a arrestarlo debido a su popularidad.

La fiesta de los Tabernáculos
  • Resumen

    En tiempos de Jesús, la Fiesta de los Tabernáculos, también conocida como Sucot, atraía a más fieles que cualquier otra fiesta del calendario judío. Se celebraba a finales de septiembre o principios de octubre, al final de la temporada de cosecha, y a ella acudían muchos miles de personas que viajaban a Jerusalén desde puntos cercanos y lejanos.

    Jesús asistió a la fiesta de 29 CE, el último año completo de su vida. Había asistido a otras Sucot, pero ésta era diferente porque no era un participante, sino un maestro. En Templo de Jerusalén, declaró abiertamente su misión de establecer el reino espiritual de Dios en la tierra, compartiendo discursos sobre la luz del mundo, el agua de la vida y la libertad espiritual. También expuso la maldad de sus enemigos, atados a la tradición, que querían desesperadamente arrestarlo y matarlo. Pero tenían miedo de hacerlo, ya que el pueblo amaba al Maestro y arrestarle provocaría disturbios casi con toda seguridad.

  • Origen y rituales

    Se trataba de una fiesta de acción de gracias por la cosecha anual y de recuerdo de los cuarenta años vagando por el desierto y viviendo en sukkot, en tabernáculos o frondosas cabañas. Y cualquier sacrificio que no se hiciera en las otras fiestas podía hacerse en este momento. También era una ocasión para recibir las ofrendas del templo. Era un tiempo de regocijo hebreo, mezclado con sacrificios, cantos levíticos y los toques solemnes de las trompetas plateadas de los sacerdotes. En esta fiesta de siete días, el pueblo acampaba al aire libre en sus cabañas cubiertas de hojas.

    El último día de la fiesta, el 29 de la era cristiana, oficiaron casi cuatrocientos cincuenta sacerdotes con un número correspondiente de levitas. Al amanecer, los peregrinos se reunían en el templo, llevando cada uno en la mano derecha un haz de ramas de mirto, sauce y palma, mientras que en la izquierda cada uno llevaba una rama del manzano del paraíso, el cidro o el "fruto prohibido". Todos marchaban hacia el estanque de Siloé para recoger agua y llevarla de vuelta al templo. A continuación, los sacerdotes vertían esta agua y vino santificados en cántaros sobre el altar mientras el pueblo cantaba los salmos 113-118. En esta fiesta se sacrificaban setenta novillos, tras lo cual el pueblo cantaba repetidamente el Salmo 82, versículos 5-8. Para el pueblo judío, ésta era la fiesta de las fiestas.

  • Sermón sobre la Luz del Mundo

    Durante los siete días de la fiesta, Jesús y sus Los Doce Apóstoles se alojaron fuera de la ciudad. Pero Jesús entró sin miedo en el templo de Jerusalén tres veces, aun cuando pesaba sobre él la amenaza de arresto y muerte. Los apóstoles observaban preocupados cómo su Maestro anunciaba con valentía su misión en la tierra y denunciaba a sus enemigos ante la inmensa congregación judía que había viajado hasta allí desde todas las partes del mundo romano. Jesús había recorrido la región durante más de tres años, enseñando y obrando milagros, pero no en Jerusalén.

    Había una gran curiosidad sobre Jesús, y ahora había llegado el momento de que declarara su verdadera identidad y misión espiritual aquí, en la capital del mundo judío. Esta particular Fiesta de los Tabernáculos en Jerusalén, con la asistencia de visitantes desde España hasta la India, proporcionó el escenario ideal para que el Maestro proclamara públicamente el Evangelio completo. Incluso antes de la fiesta, sus enemigos tenían muchas ganas de arrestarlo, pero temían provocar disturbios si intentaban detener a una persona tan popular. Era muy conocido y querido por muchos, no sólo en Jerusalén, sino en toda Palestina. Y ahora, casi todo el mundo deseaba escuchar lo que tenía que decir.

    Al atardecer del penúltimo día de la fiesta, cuando la escena estaba brillantemente iluminada por las luces de los candelabros y las antorchas, Jesús se levantó en medio de la multitud reunida y dijo:

    "Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Al pretender someterme a juicio y sentarse como mis jueces, declaráis que, si doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no puede ser verdadero. Pero la criatura nunca puede juzgar al Creador. Aunque dé testimonio de mí mismo, mi testimonio es eternamente verdadero, pues sé de dónde vengo, quién soy y adónde voy. Vosotros, que queréis matar al Hijo del hombre, no sabéis de dónde he venido, quién soy y adónde voy. Sólo juzgáis por las apariencias de la carne; no percibís las realidades del espíritu. Yo no juzgo a nadie, ni siquiera a mi archienemigo. Pero si decidiera juzgar, mi juicio sería verdadero y justo, porque no juzgaría solo, sino en asociación con mi Padre, que me envió al mundo, y que es la fuente de todo juicio verdadero. Incluso permitís que se acepte el testimonio de dos personas fidedignas; pues bien, yo doy testimonio de estas verdades; también lo da mi Padre que está en los cielos. Y cuando ayer os dije esto, en vuestra oscuridad me preguntasteis: "¿Dónde está vuestro Padre?". En verdad, no me conocéis ni a mí ni a mi Padre, porque si me conocierais a mí, conoceríais también al Padre.

    "Ya os he dicho que me voy, que me buscaréis y no me encontraréis, porque adonde yo voy vosotros no podéis venir. Vosotros, que rechazáis esta luz, sois de abajo; yo soy de arriba. Vosotros, que preferís sentaros en las tinieblas, sois de este mundo; yo no soy de este mundo, y vivo en la luz eterna del Padre de las Luces. Todos vosotros habéis tenido abundantes ocasiones de saber quién soy yo, pero tendréis aún otras pruebas que confirmen la identidad del Hijo del hombre. Yo soy la luz de la vida, y todo el que deliberadamente y con entendimiento rechace esta luz salvadora, morirá en sus pecados. Mucho tengo que deciros, pero sois incapaces de recibir mis palabras. Sin embargo, el que me envió es verdadero y fiel; mi Padre ama incluso a sus hijos descarriados. Y todo lo que mi Padre ha dicho, yo también lo proclamo al mundo.

    "Cuando el Hijo del hombre sea levantado, entonces todos sabréis que yo soy, y que nada he hecho por mí mismo, sino sólo como el Padre me ha enseñado. Os digo estas palabras a vosotros y a vuestros hijos. Y el que me envió está también ahora conmigo; no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada."

    Mientras Jesús enseñaba a estos peregrinos en los atrios del templo, muchos creyeron. Y nadie se atrevía a ponerle las manos encima.

  • Discurso sobre el agua de la vida

    El último día, el gran día de la fiesta, justo después de que los sacerdotes hubieran vertido el agua y el vino en cántaros sobre el altar, Jesús, de pie en medio de los peregrinos, dijo: "Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. Del Padre de arriba traigo a este mundo el agua de la vida. El que crea en mí se llenará del espíritu que esta agua representa, pues también las Escrituras han dicho: 'De él brotarán ríos de agua viva'. Cuando el Hijo del hombre haya terminado su obra en la tierra, se derramará sobre toda carne el Otorgamiento del Espíritu de la Verdad viviente. Los que reciban este espíritu nunca conocerán la sed espiritual".

    Jesús no interrumpió el servicio cuando dijo estas palabras. Hubo una pausa mientras se preparaban los sacrificios, y fue en ese momento cuando los peregrinos oyeron la fascinante voz del Maestro declarando que él era el dador de agua viva para toda alma sedienta de espíritu.

    Después del servicio matutino, Jesús se dirigió a la multitud, subrayando el contraste entre el alimento espiritual y las ceremonias tradicionales. Cuestionó por qué la gente seguía sedienta de plenitud espiritual a través de tradiciones anticuadas cuando podía refrescarse con el espíritu de santidad, comparándolo con el agua que se extiende sobre la tierra seca. Reconoció el valor de sus ceremonias ancestrales como símbolos del otorgamiento del espíritu divino, pero declaró que con la llegada del Hijo de Dios había comenzado una nueva era. Jesús proclamó que esta revelación sería sucedida por la efusión del espíritu del Padre y del Hijo sobre todos los creyentes, guiándoles a la vida eterna y ofreciéndoles la verdadera iluminación espiritual aquí en la tierra y en el Paraíso celestial.

    A continuación, Jesús respondió a las preguntas de la multitud y de los Fariseos. Algunos pensaban que era un profeta; otros creían que era Conceptos del Mesías esperado; otros decían que no podía ser el Cristo, ya que venía de Galilea y que el Mesías debía restaurar el trono de David. Aun así, los agentes del Sanedrín no se atrevieron a arrestarlo.

  • Discurso sobre la libertad espiritual

    En la tarde del último día de la fiesta, y después de que los apóstoles fracasaran en su intento de persuadir a Jesús para que huyera de Jerusalén, entró de nuevo en el templo para enseñar. Encontró a un gran grupo de creyentes reunidos en torno al Pórtico de Salomón, y les habló diciendo:

    "Si mis palabras permanecen en vosotros y estáis dispuestos a hacer la voluntad de mi Padre, entonces sois verdaderamente mis discípulos. Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Sé cómo me responderéis: Somos hijos de Abraham, y no somos esclavos de nadie; ¿cómo, pues, seremos libres? Aun así, no hablo de la sujeción externa a la regla de otro; me refiero a las libertades del alma. En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es siervo del pecado. Y sabéis que el siervo no puede permanecer para siempre en la casa del amo. También sabéis que el hijo sí permanece en la casa de su padre. Si, pues, el Hijo os hace libres, os hace hijos, seréis verdaderamente libres.

    "Sé que sois simiente de Abraham, y sin embargo vuestros dirigentes tratan de matarme porque no se ha permitido que mi palabra ejerza su influencia transformadora en sus corazones. Sus almas están selladas por los prejuicios y cegadas por el orgullo de la venganza. Yo os declaro la verdad que el Padre eterno me muestra, mientras que estos maestros engañados buscan hacer las cosas que sólo han aprendido de sus padres temporales. Y cuando respondéis que Abraham es vuestro padre, entonces os digo que, si fuerais hijos de Abraham, haríais las obras de Abraham. Algunos de vosotros creéis en mi enseñanza, pero otros tratan de destruirme porque os he dicho la verdad que recibí de Dios. Pero Abraham no trató así la verdad de Dios. Percibo que algunos entre vosotros están decididos a hacer las obras del maligno. Si Dios fuera vuestro Padre, me conoceríais y amaríais la verdad que os revelo. ¿No veis que salgo del Padre, que soy enviado por Dios, que no hago esta obra por mí mismo? ¿Por qué no entendéis mis palabras? ¿Es porque habéis elegido convertiros en hijos del mal? Si sois hijos de las tinieblas, difícilmente caminaréis a la luz de la verdad que yo revelo. Los hijos del mal sólo siguen los caminos de su padre, que fue un engañador y no defendió la verdad, porque no llegó a haber verdad en él. Pero ahora viene el Hijo del hombre hablando y viviendo la verdad, y muchos de vosotros os negáis a creer.

    "¿Quién de vosotros me acusa de pecado? Pues si yo proclamo y vivo la verdad que me ha mostrado el Padre, ¿por qué no creéis? El que es de Dios escucha con agrado las palabras de Dios; por eso muchos de vosotros no escucháis mis palabras, porque no sois de Dios. Vuestros maestros hasta se han atrevido a decir que hago mis obras por el poder del príncipe de los demonios. Uno que está cerca acaba de decir que tengo un demonio, que soy hijo del diablo. Pero todos vosotros que tratáis honestamente con vuestras propias almas sabéis muy bien que no soy un demonio. Sabéis que honro al Padre aunque vosotros me deshonréis. No busco mi propia gloria, sólo la gloria de mi Padre Paradisiaco. Y no os juzgo, pues hay uno que juzga por mí.

    "En verdad, en verdad os digo a vosotros que creéis en el Evangelio que, si un hombre mantiene viva esta palabra de verdad en su corazón, nunca probará la muerte. Y ahora justo a mi lado un escriba dice que esta afirmación prueba que tengo un demonio, viendo que Abraham está muerto, también los profetas. Y pregunta: '¿Eres tú tan superior a Abraham y a los profetas que te atreves a estar aquí y decir que quien guarde tu palabra no gustará la muerte? ¿Quién pretendes ser para atreverte a proferir semejantes blasfemias? Y yo digo a todos los tales que, si me glorifico a mí mismo, mi gloria es como nada. Pero es el Padre quien me glorificará, el mismo Padre a quien vosotros llamáis Dios. Pero vosotros no habéis sabido que éste es vuestro Dios y mi Padre, y yo he venido para reuniros; para mostraros cómo llegar a ser verdaderamente los hijos de Dios. Aunque vosotros no conozcáis al Padre, yo sí lo conozco de verdad. Hasta Abraham se regocijó al ver mi día, y por la fe lo vio y se alegró".

    Cuando los judíos incrédulos y los agentes del Sanedrín que se habían reunido a su alrededor oyeron estas palabras, armaron un alboroto, gritando: "No tienes cincuenta años, y sin embargo hablas de ver a Abrahán; ¡eres un hijo del diablo!" Jesús no pudo continuar el discurso. Muchos de los incrédulos recogieron piedras para arrojárselas, y los agentes del Sanedrín recibieron orden de arrestarle, pero el Maestro se abrió paso rápidamente por los corredores del templo y escapó a un lugar secreto de reunión cerca de Betania, donde le esperaban Lázaro, Marta y María de Betania.

    Así terminó la última aparición de Jesús en la Fiesta de los Tabernáculos. No viviría un año más; sólo siete meses después, sería Traición y arresto de Jesús, juzgado y declarado culpable en este mismo lugar durante la Pascua.

Lecturas sugeridas de este ensayo

Personas relacionadas

  • Mateo Leví

    Séptimo apóstol; sirvió como oficial de finanzas.

  • Felipe

    Apodado el curioso, Felipe fue el quinto apóstol.

  • Jesús

    Hijo de Dios, Hijo del Hombre. Hijo Creador del Universo.

Lugares relacionados

  • Jerusalén

    Centro de muchos momentos cruciales en la vida de Jesús.

Colaboradores

Rick Warren, Mike Robinson, Gary Tonge

Referencias y fuentes

  • 162:4.1 Proclamación pública del Evangelio a muchos peregrinos de todo el mundo romano.
  • 162:4.2 Unas vacaciones y una peregrinación para todos los judíos.
  • 162:4.3 Sacrificios, cánticos, marchas en busca de agua bendita.
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