Sermón del sábado en Pella 

Cuando la Comienza la misión pereana llegó a finales de enero, las multitudes del sábado por la tarde ascendían a casi tres mil personas. El sábado 28 de enero de 30 EC, Jesús predicó un memorable sermón sobre "Confianza y Preparación Espiritual" Después de los comentarios preliminares de Simón Pedro, el Maestro dijo:

"Lo que muchas veces he dicho a mis apóstoles y a mis discípulos, lo declaro ahora a esta multitud: Guardaos de la levadura de los fariseos que es la hipocresía, nacida del prejuicio y alimentada en la esclavitud tradicional, aunque muchos de estos fariseos son honestos de corazón y algunos de ellos permanecen aquí como mis discípulos. Ahora todos comprenderéis mis enseñanzas, pues no hay nada ahora oculto que no haya de ser revelado. Todo lo que ahora se os oculta se os dará a conocer cuando el Hijo del hombre haya cumplido su misión en la tierra y en la carne.

"Pronto, muy pronto, las cosas que nuestros enemigos planean ahora en secreto y en la oscuridad, saldrán a la luz y serán proclamadas desde los tejados. Pero yo os digo, amigos míos, que cuando intenten destruir al Hijo del hombre, no les tengáis miedo. No temáis a los que, aunque puedan matar el cuerpo, después ya no tienen poder sobre vosotros. Os amonesto a que no temáis a nadie, ni en el cielo ni en la tierra, sino que os regocijéis en el conocimiento de aquel que tiene poder para libraros de toda maldad y presentaros irreprensibles ante el tribunal del universo.

"¿No se venden cinco gorriones por dos peniques? Y, sin embargo, cuando estos pájaros revolotean en busca de su sustento, ni uno solo de ellos existe sin el conocimiento del Padre, fuente de toda vida. Para los Ángeles - las Hijas de Dios, los cabellos de su cabeza están contados. Y si todo esto es verdad, ¿por qué deberíais vivir atemorizados por las muchas nimiedades que surgen en vuestra vida cotidiana? Yo os digo: No temáis; valéis mucho más que muchos gorriones.

"A todos vosotros que habéis tenido el valor de confesar la fe en mi Evangelio ante los hombres, yo os reconoceré pronto ante los ángeles del cielo; pero a aquel que niegue a sabiendas la verdad de mis enseñanzas ante los hombres, su guardián del destino le negará incluso ante los ángeles del cielo.

"Di lo que quieras del Hijo del Hombre, y te será perdonado; pero quien se atreva a blasfemar contra Dios difícilmente encontrará perdón. Cuando los hombres llegan al extremo de atribuir a sabiendas los hechos de Dios a las fuerzas del mal, tales rebeldes deliberados difícilmente buscarán el perdón de sus pecados.

"Y cuando nuestros enemigos os lleven ante los jefes de las sinagogas y ante otras altas autoridades, no os preocupéis por lo que debéis decir ni os inquietéis por cómo debéis responder a sus preguntas, porque el espíritu que mora en vosotros os enseñará ciertamente en esa misma hora lo que debéis decir en honor del evangelio del reino.

"¿Cuánto tiempo os detendréis en el valle de la decisión? ¿Por qué os detenéis entre dos opiniones? ¿Por qué ha de vacilar el judío o el gentil en aceptar la buena nueva de que es hijo del Dios eterno? ¿Cuánto tiempo tardaremos en persuadirte de que entres gozosamente en tu herencia espiritual? He venido a este mundo para revelaros al Padre y conduciros al Padre. Lo primero lo he hecho, pero lo último no podré hacerlo sin vuestro consentimiento; el Padre nunca obliga a nadie a entrar en el reino. La invitación siempre ha sido y siempre será: El que quiera, que venga y beba del agua de la vida".

Cuando Jesús terminó de hablar, muchos salieron para ser bautizados por los apóstoles en el Río Jordán, mientras él escuchaba las preguntas de los que se quedaron.