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Juan el Bautista se hizo nazareo a los catorce años durante las ceremonias de Engedi, completando más tarde las ofrendas en el templo de Jerusalén. Emuló a Elías en el atuendo y el estilo de vida, ganándose el respeto por su compromiso con las tradiciones nazareas e impresionando a toda la judería.
Juan el Bautista se hizo nazareo por decisión de sus padres cuando tenía catorce años. Las ceremonias solemnes tuvieron lugar en Engedi. Después de que hiciera sus votos como nazareo, la familia viajó a Jerusalén, donde Juan completó su iniciación haciendo las ofrendas apropiadas en el templo.
Al convertirse en nazareo, Juan siguió una ilustre tradición, y era mirado con respeto por todos los judíos como resultado de su compromiso de por vida con las costumbres nazareas. Sus padres esperaban que hiciera grandes cosas.
Aunque no sabemos si Elías era nazareo, Juan estaba muy impresionado por este profeta de la antigüedad; emulaba a Elías en las ropas que vestía, lo que le confería una presencia muy distintiva.
En el pueblo donde creció Juan no había escuela sinagogal, por lo que fue educado en casa por sus padres, Zacarías e Isabel, ambos muy cultos. Cuando Juan tenía catorce años, sus padres decidieron que hiciera el voto formal de nazareo. Juan y sus padres fueron a Engedi para este ritual, que era la sede meridional de la hermandad nazarea, y fue admitido en esta orden. Sus padres esperaban grandes cosas de Juan: un hijo de promesa y un nazareo para toda la vida.
Las reglas de la orden nazarí significaban que Juan no bebería alcohol, que se dejaría crecer el pelo y que nunca tocaría un cadáver. Tras hacer estos votos solemnes, Juan y sus padres viajaron al Templo de Jerusalén, donde hizo las ofrendas requeridas que completaron su ingreso en la orden nazarí.
Sansón y el profeta Samuel fueron algunos de los personajes notables que inspiraron a Juan y que hicieron los mismos votos. Ser nazareo le infundía a Juan un gran respeto, ya que los que se comprometían con este voto de por vida se consideraban santificados, casi igual a la veneración que se concedía a los sumos sacerdotes. Al igual que los sumos sacerdotes, los nazareos podían entrar en el lugar santísimo del templo.
Tras sus votos, Juan regresó a su aldea de la ciudad de Judá y volvió a cuidar las ovejas de su padre. Siguió creciendo en gracia y desarrollando un carácter fuerte. A los dieciséis años, Juan emuló a otro de sus héroes, Elías, adoptando su forma de vestir. Como Elías, Juan vestía una camisa peluda con un cinturón de cuero. Con sus dos metros de estatura y su larga melena, se convirtió en un joven de aspecto inconfundible.
Su hermandad nazarí nutrió a líderes como Juan y Abner.
MaryJo Garascia, Mike Robinson, Gary Tonge