Ascensión de Jesús 

A primera hora de la mañana del 18 de mayo de 30 EC, Jesús hizo su Decimonovena aparición de Jesús en la tierra. Sus once apóstoles estaban reunidos para desayunar en la habitación superior de Casa de Elías Marcos, escenario de la La Última Cena.

Mientras se preparaban para comer, apareció Jesús, instándoles a esperar en Jerusalén hasta recibir el Espíritu de la Verdad - "El Consolador para recibir poder. Simón Zelotes preguntó si esto significaba la restauración del reino, pero Jesús aclaró que debían buscar un reino espiritual y difundir el evangelio por todo el mundo. Destacó la importancia del compañerismo y el apoyo mutuo, sobre todo porque estaba a punto de dejarlos para ir al Padre. Jesús los condujo al Monte de los Olivos para darles su último adiós.

Hacia las siete y media de esta mañana de mayo, Jesús y sus silenciosos y confusos apóstoles se detuvieron en la ladera occidental del Olivar, desde donde podían contemplar Jerusalén y Getsemaní. Sin que nadie se lo dijera, los apóstoles formaron un círculo en torno a Jesús y se arrodillaron ante él. Y Jesús pronunció sus últimas palabras en la tierra:

"Os pido que permanezcáis en Jerusalén hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. Ahora estoy a punto de despedirme de vosotros; estoy a punto de ascender a mi Padre, y pronto, muy pronto, enviaremos a este mundo de mi estancia el Otorgamiento del Espíritu de la Verdad; y cuando él haya venido, comenzaréis la nueva proclamación del Evangelio del Reino, primero en Jerusalén y luego hasta los confines del mundo. Amad a los hombres con el amor con que yo os he amado y servid a vuestros semejantes mortales como yo os he servido a vosotros. Por los frutos espirituales de vuestras vidas impulsad a las almas a creer la verdad de que el hombre es hijo de Dios y que todos los hombres son hermanos. Recordad todo lo que os he enseñado y la vida que he vivido entre vosotros. Mi amor os cubrirá, mi espíritu habitará con vosotros y mi paz morará sobre vosotros. Adiós".

Al pronunciar estas palabras, hacia las siete y cuarenta y cinco de esta mañana de mayo, el Maestro resucitado desapareció de su vista, como había hecho en todas sus apariciones anteriores en los cuarenta días transcurridos desde La resurrección de Jesús.

Posteriormente, Jesús de Nazaret fue liberado de su condición de mortal resucitado y volvió a su condición anterior de Jesucristo - Nuestro Hijo Creador. Se elevó a la diestra de su Padre celestial, quien confirmó formalmente que este Hijo Creador, Cristo Micael, había completado y alcanzado la soberanía de este universo.