¯
Discover Jesus \ Events \Intento del sanedrín de enredar a Jesús
Etiqueta
Los ancianos del templo cuestionaron la autoridad de Jesús tras la purificación del templo. Su contrapregunta sobre la autoridad de Juan expuso la hipocresía de ellos, aumentando su apoyo mientras unificaba a los líderes religiosos en su contra.
Después de que Jesús limpiara el templo, el Sanedrín buscó su destrucción, pero temía la reacción pública y romana. Cuando los ancianos cuestionaron su autoridad para enseñar, Jesús respondió con una pregunta sobre la autoridad de Juan el Bautista. Su incapacidad para responder expuso su hipocresía y reforzó el apoyo público a Jesús, cuya autoridad provenía de "la supremacía eterna de su Padre" El incidente unificó a Fariseos y Saduceos en su contra.
El martes 4 de abril de 30 EC, Jesús limpia el templo de prestamistas pospuso su arresto, ya que los líderes judíos se enfrentaban a dos temores: la reacción pública y la posible intervención romana. El Sanedrín acordó unánimemente que Jesús debía ser destruido, ya que la limpieza amenazaba su lucrativo negocio del templo, donde los comerciantes y cambistas operaban bajo licencia oficial, con ganancias para el tesoro del templo. Enviaron cinco grupos para desacreditar sus enseñanzas, incapaces de decidir cómo y cuándo arrestarlo con seguridad.
Hacia las dos de la tarde, mientras Jesús enseñaba "La libertad de la filiación", los ancianos del templo le interrumpieron preguntándole: "¿Con qué autoridad haces estas cosas?" Era el procedimiento adecuado, pues sólo el Sanedrín podía ordenar a los maestros como rabinos y jueces. Sin esa autoridad, la enseñanza se consideraba una presunción ignorante o una rebelión abierta.
Jesús replicó: "El bautismo de Juan, ¿de dónde procede? Después de consultar, los dirigentes volvieron con una respuesta embarazosa: "No podemos responder; no lo sabemos" Se dieron cuenta de que afirmar autoridad celestial plantearía preguntas sobre su incredulidad en Juan, mientras que afirmar autoridad humana arriesgaba la indignación pública, ya que muchos consideraban a Juan un profeta. En respuesta, Jesús declaró: "Ni yo os diré con qué autoridad hago estas cosas".
No se trataba de una evasiva: la autoridad de Jesús procedía de sí mismo y de "la supremacía eterna de su Padre" Aunque los dirigentes llevaban mucho tiempo afirmando que su autoridad era satánica, la respuesta de Jesús volvió efectivamente su trampa contra ellos, desacreditándolos aún más a los ojos del público. El pueblo reconoció el contraste entre la "majestad moral" de Jesús y su "hipocresía maquinadora" La limpieza del templo unió a fariseos y saduceos, que ahora tenían mayoría en el sanedrín, en su determinación de destruir a Jesús.
Los líderes religiosos se opusieron al mensaje de Jesús en la antigua Palestina.
Centro de muchos momentos cruciales en la vida de Jesús.
Gregg Tomusko, Mike Robinson, Gary Tonge