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Jesús solo en Getsemaní 

Abril 6, 30 CE (Jueves)

Jesús rezó, buscando la seguridad de la voluntad de Dios ante la muerte inminente. A pesar de que sus seguidores dormían, Jesús aceptó el camino divino. Su corazón humano luchó, pero sabía que era necesario para completar su misión terrenal.

Jesús solo en Getsemaní
  • Resumen

    Tras la última cena con sus apóstoles, Jesús rezó a solas a su Padre, preguntándose si realmente era su voluntad ver a su amado hijo condenado a muerte sin piedad. Un sentimiento de abandono, de fracaso, de que las cosas no salían como él quería, de impotencia por no conseguir que todo saliera como él quería, y un corazón apesadumbrado le agobiaban. En el punto en el que muchos humanos se desesperan y pierden las ganas de vivir, el Jesús humano se enfrentó de frente y salió, personificando todos los rasgos encantadores de una persona humana: amor, valentía, coraje, fe y compromiso para hacer la voluntad de Dios. Se enfrentó a la ansiedad, la tristeza y la soledad humanas y triunfó revelando todo lo mejor que puede ser un ser humano.

  • Contemplar la mortalidad con Jesús

    Imagina que supieras que mañana te enfrentarías a una muerte dolorosa. Imagina que pudieras hacer la llamada para salir, pero decidieras no hacerlo. En sus últimas horas, ¿qué ocuparía sus pensamientos? Usted, como individuo, está solo, enfrentándose a una situación espantosa. Su vida, sus amigos y su familia le echarán mucho de menos. Tal vez reflexionaría sobre sus logros y las buenas acciones que ha realizado. Tienes la certeza de que Dios siempre ha estado a tu lado. No te cuestionas que te maten por decir la verdad. Y es casi medianoche.

    Jesús se enfrentó a la muerte, como todo ser humano, y algún día nos tocará a nosotros. ¿Qué hizo y pensó Jesús?

  • Pesado de corazón

    A última hora del jueves, cuando el campamento del Huerto de Getsemaní se instaló para pasar la noche, Jesús se llevó a sus compañeros designados, Simón Pedro, Santiago Zebedeo y Juan Zebedeo, un poco más arriba del Monte Olivete. Nunca habían visto al Maestro tan agobiado y afligido. Jesús les pidió que lo acompañaran mientras se alejaba un poco para orar a solas.

    Jesús sólo tenía una pregunta: ¿estaba haciendo la voluntad del Padre? Siguió rezando y, al volver junto a sus apóstoles, los encontró dormidos, pues el día y la noche habían sido muy largos. Jesús los despertó: "¿No podéis velar conmigo ni siquiera una hora? Entonces Jesús volvió atrás y, postrándose en tierra, oró: "Padre, sé que es posible evitar este cáliz -todo es posible para ti-; pero yo he venido para hacer tu voluntad, y aunque éste es un cáliz amargo, lo beberé si es tu voluntad"; y después de orar, un ángel poderoso bajó a su lado y, hablándole, lo tocó y lo fortaleció.

    Cuando Jesús fue a ver a sus apóstoles, éstos estaban otra vez profundamente dormidos. Los despertó, diciéndoles que, en semejante hora, necesitaba que velaran y oraran con él, sobre todo para que no cayeran en la tentación. Jesús volvió a rezar a solas: "Padre, ves a mis apóstoles dormidos; ten piedad de ellos. El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. Y ahora, oh Padre, si este cáliz no puede pasar, entonces lo beberé. Después de orar, se postró. De nuevo, sus apóstoles dormían cuando él se despertó. Los miró y les dijo, lastimeramente: "Dormid ahora y descansad; el tiempo de la decisión ha pasado. Mientras los sacudía para despertarlos, les dijo: "Levantaos, volvamos al campamento, porque se acerca el que me traiciona y ha llegado la hora en que mi rebaño se dispersará. Pero ya os he hablado de estas cosas".

    Los golpes y el tormento de un Jesús humano contrastan fuertemente con su gloriosa La resurrección de Jesús, que manifestaba el poder de un Dios divino. Al acercarse la medianoche, el mal reinaría durante las siguientes quince horas, llevándole de un juicio falso a su horripilante Jesús es crucificado entre dos ladrones. Cuando Jesús vio todo lo que se había perdido en un instante, la compilación de una vida humana vital que llegaba a un abrupto final y la gravedad de morir le pesaron de repente. Jesús estaba exhausto - mental, emocional y físicamente. Se le caía el sudor de la cara. Identificado con la voluntad de su padre, estaba decidido a no emplear nada de su poder como soberano de su universo para salvarse. Los ejércitos del cielo estaban preparados, esperando una orden, pero sólo miraban.

    El corazón humano de Jesús lo aplastó. Jesús amaba a sus apóstoles y temía dejarlos, preocupado por su seguridad. Estaba aislado de su familia. Judas, uno de sus compañeros íntimos, le traicionaba. Los judíos le rechazaban, un pueblo elegido para una misión especial en la tierra para continuar sus enseñanzas espirituales. Su ministerio de siembra de amor y misericordia parecía haber caído en saco roto. Después de todas sus buenas obras, se enfrentaba a la soledad privada, a la vergüenza pública y a la apariencia del fracaso de su causa, que le agobiaban. Jesús tocó fondo.

  • La victoria de un corazón humano

    En este gran dolor, la mente de Jesús empezó a rememorar tiempos más felices, su infancia en Nazaret, sus primeros trabajos en Galilea, las muchas escenas agradables de sus viajes y su ministerio, la pesca en el Mar de Galilea. Se serenó y fortaleció su corazón y su voluntad, dispuesto a enfrentarse al traidor. Antes de que llegara Judas Iscariote, el Maestro recobró plenamente su habitual aplomo. Su espíritu se alzó victorioso sobre la carne, y su fe se impuso sobre todo temor y duda. La prueba suprema de lo que puede ser un ser humano, el aplomo, la dignidad y la fe firme, fue un regalo perfecto para el Padre Celestial. Una vez más, el Hijo del Hombre estaba preparado para enfrentarse a sus enemigos con ecuanimidad y con la plena seguridad de su invencibilidad como hombre mortal dedicado sin reservas al cumplimiento de la voluntad de su Padre.

Lecturas sugeridas de este ensayo

Personas relacionadas

  • Juan Zebedeo

    Fue uno de los primeros apóstoles, junto con su hermano Santiago.

  • Santiago Zebedeo

    Tercer apóstol y hermano de Juan Zebedeo.

  • Simón Pedro

    Apóstol, hermano de Andrés y destacado predicador.

Temas relacionados

Lugares relacionados

  • Jerusalén

    Centro de muchos momentos cruciales en la vida de Jesús.

Colaboradores

Gregg Tomusko, Mike Robinson, Gary Tonge

Referencias y fuentes

  • 182:3.3-4 Los apóstoles siguen durmiéndose.
  • 182:3.5 La prueba de ser humano: la humillación y la muerte.
  • 182:3.6 Lo que le dijo el ángel.
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