Descubre a Jesús \ Persona \Nalda
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En el pozo de Jacob, Jesús se encontró con Nalda, revelándole su divinidad por primera vez en la Tierra. Este encuentro transformador llevó a Nalda a superar las barreras culturales, convertirse en una fiel seguidora e inspirar a otros a conocer a Jesús.
La samaritana del pozo de Jacob a la que Jesús pidió agua se llamaba Nalda. Este encuentro casual cambió el curso de la vida de Nalda. Superando los malentendidos iniciales y las barreras culturales, Nalda se comprometió profundamente con Jesús, lo que condujo a su conversión y transformación en una fiel seguidora. Su encuentro con Jesús la impulsó a compartir su experiencia, llevando a otros a conocer al "profeta maravilloso". Ésta fue la primera persona en la tierra a la que Jesús reveló que era divino, y Jesús resucitado se le apareció más tarde a Nalda.
Nalda era una mujer sorprendentemente bella. Era una samaritana, con la que los judíos compartían una historia de enemistad, que llegó al pozo de Jacob con un cántaro y se dispuso a sacar agua. Jesús estaba solo, descansando allí y esperando obtener un trago de agua. Cuando Jesús la saludó amistosamente y le pidió un trago de agua, Nalda se sintió desconcertada. Jesús le respondió: "Te he pedido de beber, pero si lo entendieras, me pedirías de beber del agua viva", y Nalda, curiosa, le preguntó: "Pero, señor, tú no tienes con qué sacar agua, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? Jesús le explicó: "Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua del espíritu vivo no tendrá sed jamás. Intrigada, Nalda le pidió: "Dame esa agua para que no tenga sed...". Además, cualquier cosa que una samaritana pudiera recibir de un judío tan loable sería un placer."
Malinterpretando la amabilidad y el discurso metafórico de Jesús como un flirteo, Nalda respondió inicialmente con coquetería hasta que la firme petición de Jesús: "Mujer, ve a buscar a tu marido y tráelo aquí", la conmocionó y le hizo adoptar un comportamiento más serio. Dándose cuenta de su error, admitió: "Pero, Señor, no puedo llamar a mi marido, porque no tengo marido" Jesús reconoció su veracidad: "Has dicho la verdad, pues, aunque en otro tiempo hayas tenido marido, aquel con quien ahora vives no es tu marido. Mejor sería que dejaras de jugar con mis palabras y buscaras el agua viva que hoy te he ofrecido".
Esta conversación dio lugar a una reflexión más profunda por parte de Nalda, quien, sintiéndose avergonzada, declaró: "Señor mío, me arrepiento de mi manera de hablarte, pues percibo que eres un hombre santo o tal vez un profeta" Sin embargo, en lugar de buscar orientación personal, desvió la discusión hacia las prácticas religiosas, preguntando: "Nuestros padres adoraban en este monte, y sin embargo tú dices que en Jerusalén es el lugar donde los hombres deben adorar; ¿cuál es, pues, el lugar adecuado para adorar a Dios?"Jesús explicó pacientemente la trascendencia de los lugares físicos en el culto, subrayando que "Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad", centrándose en la autenticidad del culto más que en el lugar.
Nalda haría un esfuerzo más para evitar discutir la embarazosa cuestión de su vida personal y recurrió a preguntas de religión general, diciendo: "Sí, sé, Señor, que Juan ha predicado acerca de la venida del Convertidor, el que será llamado el Libertador, y que, cuando venga, nos declarará todas las cosas" - y Jesús, interrumpiendo a Nalda, dijo con sorprendente seguridad: "Yo, que hablo contigo, soy él."
Nalda abandonó sus evasivas. En su alma, deseaba profundamente la salvación y anhelaba una forma de vida más noble. Cuando estaba a punto de confesar el verdadero deseo de su corazón, los doce apóstoles regresaron con provisiones. Jesús dijo a Nalda que Dios la había perdonado, que viviría una vida nueva y que llegaría a ser hija del Altísimo. Esa noche, Nalda fue a Sicar y dijo a la gente que viera a este maravilloso profeta, y Jesús habló a estos samaritanos esa noche.
Nalda cambió de vida y se convirtió en una fiel seguidora de Jesús. El sábado 13 de mayo por la tarde, Jesús resucitado se apareció a Nalda y a unos setenta y cinco creyentes samaritanos cerca del pozo de Jacob en su decimoséptima aparición de resurrección.
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A journey kept secret that lasted close to two years.
Jesus chose the experience of a human including a natural death.
Jesus’ appearances spanned forty days.
Jesus preached inclusivity in the home of Samaritans.
Gregg Tomusko, Mike Robinson, Gary Tonge