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Jesús habla a los Apóstoles sobre la riqueza 

Enero 28, 30 CE (Sábado)

Después de hablar públicamente de la riqueza, Jesús tranquilizó en privado a sus apóstoles diciéndoles que la riqueza no era crucial para ellos. Les aseguró que sus necesidades serían satisfechas, a pesar de la creencia común de que las riquezas significaban el favor divino o impedían la entrada al cielo.

Jesús habla a los Apóstoles sobre la riqueza
  • Resumen

    Después de hablar de la riqueza en una reunión pública, Jesús discutió el tema en privado con sus Los Doce Apóstoles. La gente de su tiempo estaba muy interesada en saber cómo se adquirían y utilizaban las riquezas. Algunos pensaban que las riquezas eran un signo del favor de Dios, otros creían que impedirían a una persona entrar en el cielo. En esta conversación en particular, Jesús habló de cómo sus mensajeros ordenados no necesitaban preocuparse por el dinero. Les aseguró que sus necesidades materiales estarían cubiertas. Tuvo lugar en un campamento cerca de Pella, ciudad de la provincia de Perea, en lo que hoy es el noroeste de Jordania.

  • Mensaje a los Apóstoles sobre la riqueza y la autosuficiencia

    El sábado 28 de enero del año 30 d.C., después de un día de enseñanza y bautismos, Jesús y sus doce apóstoles se reunieron para su conferencia vespertina. En esta reunión, el apóstol principal, Andrés, preguntó: "Maestro, mientras bautizábamos a los creyentes, dijiste muchas palabras a la multitud que permanecía allí y que nosotros no oímos. ¿Estarías dispuesto a repetir estas palabras en nuestro beneficio?".

    Andrés se refería a un discurso de Jesús sobre el "Reparto de la herencia", en respuesta a la pregunta de un creyente ese mismo día. En respuesta a la pregunta de Andrés, Jesús dijo:

    "Sí, Andrés, te hablaré de estos asuntos de la riqueza y el sustento propio, pero mis palabras para vosotros, los apóstoles, deben ser algo diferentes de las que se dirigen a los discípulos y a la multitud, puesto que lo habéis dejado todo, no sólo para seguirme, sino para ser ordenados embajadores del reino. Ya tenéis varios años de experiencia, y sabéis que el Padre cuyo reino anunciáis no os abandonará. Habéis dedicado vuestras vidas al ministerio del reino; por tanto, no estéis ansiosos ni preocupados por las cosas de la vida temporal, por lo que comeréis, ni tampoco por vuestro cuerpo, por lo que vestiréis. El bienestar del alma es más que el alimento y la bebida; el progreso en el espíritu está muy por encima de la necesidad de vestido. Cuando tengas la tentación de dudar de la seguridad de tu pan, piensa en los cuervos; no siembran ni cosechan, no tienen almacenes ni graneros, y, sin embargo, el Padre provee de alimento a cada uno de los que lo buscan. Y ¡cuánto más valéis vosotros que muchos pájaros! Además, toda vuestra ansiedad o dudas inquietantes no pueden hacer nada para suplir vuestras necesidades materiales. ¿Quién de vosotros puede, por su ansiedad, añadir un palmo a su estatura o un día a su vida? Puesto que tales asuntos no están en vuestras manos, ¿por qué pensáis ansiosamente en ninguno de estos problemas?

    "Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; pero os digo que ni Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy está viva y mañana es cortada y echada al fuego, cuánto más os vestirá a vosotros, embajadores del El Reino de los Cielos. ¡Oh vosotros, los de poca fe! Cuando os dediquéis de todo corazón a la proclamación del Evangelio del Reino, no debéis dudar de vuestro sustento ni del de las familias que habéis abandonado. Si entregáis de verdad vuestras vidas al Evangelio, viviréis del Evangelio. Si sólo sois discípulos creyentes, debéis ganaros vuestro propio pan y contribuir al sustento de todos los que enseñan y predican y curan. Si estáis ansiosos por vuestro pan y vuestra agua, ¿en qué os diferenciáis de las naciones del mundo que tan diligentemente buscan tales necesidades? Dedicaos a vuestro trabajo, creyendo que tanto el Padre como yo sabemos que tenéis necesidad de todas estas cosas. Permitidme que os asegure, de una vez por todas, que, si dedicáis vuestras vidas a la obra del reino, todas vuestras necesidades reales serán suplidas. Buscad lo mayor, y lo menor se encontrará en ello; pedid lo celestial, y lo terrenal estará incluido. Sois sólo un pequeño grupo, pero si tenéis fe, si no tropezáis en el temor, os declaro que a mi Padre le ha placido daros este reino. Habéis guardado vuestros tesoros donde la bolsa no envejece, donde ningún ladrón puede despojarlos, y donde ninguna polilla puede destruirlos. Y como dije al pueblo, donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón".

    Durante algunos minutos, los doce permanecieron sentados en silencio. Algo de esto habían oído antes, pero no en el contexto que se les presentaba en aquel momento.

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  • Pella

    Lugar donde Jesús fue bautizado por Juan el Bautista.

Colaboradores

Rick Warren, Mike Robinson, Gary Tonge

Referencias y fuentes

  • 165:5.1 La pregunta de Andrés.
  • 165:5.2 Jesús responde: "...¡cuánto más valéis vosotros que muchos pájaros!".
  • 165:5.3 Las famosas palabras de Jesús: "Considerad los lirios..."
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