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El último período de espera de Jesús 

Octubre, 25 CE

Antes de comenzar su ministerio público, Jesús visitó Jerusalén con Juan Zebedeo. Después volvió a trabajar como constructor de barcas hasta que declaró "Ha llegado mi hora" y viajó a Pella para ser bautizado por Juan el Bautista.

El último período de espera de Jesús
  • Resumen

    Aunque Jesús viajó solo durante la mayor parte de su año de peregrinación solitaria, tuvo ocasión de reunirse brevemente con su familia en Cafarnaún un día de sábado. Este encuentro tuvo lugar en septiembre del año 25 d.C., después de su estancia de seis semanas en Monte Hermón.

    Luego, Jesús y Juan Zebedeo emprendieron un viaje de tres semanas a Jerusalén para el día de la expiación y la Fiesta de los Tabernáculos. Fue duro para Jesús presenciar la vacuidad de los rituales, pero su espíritu interior le aconsejó que se guardara su propio consejo al respecto. Juan pudo ver que Jesús había experimentado algunos cambios significativos; y antes de que terminara el tiempo de tres semanas de ceremonias y rituales, Jesús dejó a Juan para que pudiera regresar a las colinas y estar a solas con Dios una vez más.

    Durante su último período de espera, Jesús trabajó como constructor de barcas con su hermano Santiago, solidificando la fe de Santiago en él. Al oír hablar de la predicación de Juan el Bautista en el valle del Jordán, siguió trabajando hasta el 26 de enero de la era cristiana, proclamó "Ha llegado mi hora" y viajó a Pella para presentarse ante Juan el Bautista y ser bautizado.

  • Jesús y Juan Zebedeo en Jerusalén

    Cuando Jesús regresó del monte Hermón y de su experiencia con la "La Gran Tentación", era septiembre del 25 EC, y el verano estaba a punto de terminar. Jesús se reunió con su familia en Cafarnaún y luego emprendió un viaje de tres semanas a Jerusalén con Juan Zebedeo para el día de la expiación y la Fiesta de los Tabernáculos. De camino a Jerusalén, pasaron la noche en Betania con Lázaro, Marta y María de Betania. Cuando llegaron a Jerusalén, Juan pasó gran parte de su tiempo en la ciudad y sus alrededores; pero Jesús prefería estar solo, vagando por las colinas y en comunión con el Padre celestial. No hacían muchas visitas juntos; Juan podía ver que Jesús había experimentado un gran cambio.

    Durante varios años, Jesús había experimentado una gran transformación de mente y espíritu, transformación que se completó durante su estancia en el monte Hermón. Este cambio fue tan profundo, que las personas que lo habían conocido durante estos tiempos de sus viajes y ministerio personal a menudo no lo reconocían en su papel posterior como maestro público de la verdad espiritual.

    En el día de la expiación, Juan disfrutó plenamente del ritual y las ceremonias, pero Jesús se limitó a ser un espectador silencioso. Por lo que sabía del Padre celestial, veía las ceremonias como algo lamentable. Veía los rituales como tristes distorsiones de la justicia y la misericordia del Padre. Ansiaba contar a la multitud allí reunida la verdad real del carácter amoroso del Padre celestial y de su naturaleza misericordiosa, pero su La inhabitación del Espíritu de Dios se lo desaconsejó, diciéndole que aún no había llegado su hora. Más tarde, esa misma noche, Jesús dijo algunas cosas punzantes que inquietaron a Juan, pero éste no entendió los comentarios que Jesús hizo.

    Sin embargo, Jesús disfrutó del resto de su estancia en Jerusalén con Juan, pues celebraron la Fiesta de los Tabernáculos durante casi toda la semana; era evidente que se deleitaba en la diversión desenfadada de jóvenes y mayores.

    Jesús dejó a Juan antes de que terminaran las fiestas de Jerusalén y se marchó solo una vez más a las colinas cercanas a Betania, donde pasó otra semana en soledad. Juan quiso acompañarle, pero Jesús le dijo: "No se requiere de ti que lleves la carga del Hijo del Hombre; sólo el centinela debe velar mientras la ciudad duerme en paz."

    De regreso a Cafarnaún, pasó una noche en las colinas del Monte Gilboa, y cuando llegó a casa parecía más alegre que cuando Juan y él se separaron en Jerusalén.

  • El último período de espera

    Jesús, mientras esperaba la hora de su destino, regresó al taller de Zebedeoy se sumergió en la fabricación de barcas junto a su hermano Santiago. Este período, que duró hasta enero del año siguiente, solidificó la fe de Santiago en la misión de Jesús, a pesar de las dudas futuras. Jesús se dedicó a la artesanía, encontrando satisfacción en completar un trabajo de calidad y centrándose en los aspectos importantes de cada proyecto.

    En medio de los crecientes rumores de que Juan el Bautista bautizaba y predicaba en el valle del Jordán, Jesús continuó su trabajo hasta enero del año 26 de la era cristiana. En ese momento, dejó sus herramientas, declaró: "Ha llegado mi hora", y viajó a Pella con su hermano Santiago y Judas para presentarse ante Juan para Bautismo de Jesús en el Jordán.

Lecturas sugeridas de este ensayo

Personas relacionadas

  • Jesús

    Hijo de Dios, Hijo del Hombre. Hijo Creador del Universo.

  • Juan Zebedeo

    Fue uno de los primeros apóstoles, junto con su hermano Santiago.

Lugares relacionados

  • Cafarnaún

    Residencia de Jesús tras abandonar Nazaret.

  • Jerusalén

    Centro de muchos momentos cruciales en la vida de Jesús.

Colaboradores

MaryJo Garascia, Mike Robinson, Gary Tonge

Referencias y fuentes

  • 134:9.1-5 Jesús y Juan Zebedeo viajan juntos a Jerusalén.
  • 134:9.6-8 El último período de espera antes de su bautismo.
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