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Jesús conoce a Nalda, la mujer del pozo 

Junio, 27 CE

Cerca del pozo de Jacob, Jesús conversó con Nalda, una mujer samaritana, revelándole su divinidad y discutiendo asuntos espirituales, convirtiéndola finalmente en una devota seguidora.

Jesús conoce a Nalda, la mujer del pozo
  • Resumen

    Jesús estaba descansando solo cerca del pozo de Jacob cuando una mujer samaritana llamada Nalda vino a por agua. Jesús entabló conversación con ella, tratando de despertar su lado espiritual y dar un giro a su vida. Él le habló de agua viva, y ella recurrió a discusiones de teología y filosofía para evitar una mirada directa a su alma. Jesús insistió, y la mujer le abrió su corazón y se convirtió en una devota seguidora. Esta fue también la primera persona en la tierra a la que Jesús reveló que era divino.

  • De camino a Samaria

    Para los Los Doce Apóstoles, seguir a Jesús a Samaria fue un acto de lealtad personal. La enemistad entre los judíos y los Samaritanos se remontaba a seiscientos años atrás. Los apóstoles dejaron a un lado sus prejuicios y llegaron al pozo de Jacob hacia las seis de una calurosa tarde de verano. Los apóstoles fueron a Sicar a por comida y tiendas. Mientras Jesús descansaba y tenía sed, una mujer de Sicar se acercó con un cántaro para sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame de beber" Se llamaba Nalda, y se sorprendió de que Jesús le hablara.

  • Jesús entabla conversación con Nalda

    No se consideraba correcto que un hombre hablara con una mujer en público, y mucho menos que un judío se dirigiera a una samaritana. Nalda era una mujer excepcionalmente atractiva y se sorprendió cuando Jesús la saludó cordialmente y le pidió un vaso de agua. Ella preguntó: "¿Cómo es que tú, judío, me pides de beber a mí, samaritana?" Jesús respondió: "Sí, te he pedido de beber, pero si lo entendieras, me pedirías de beber del agua viva" Nalda, intrigada, preguntó: "Sin embargo, tú no tienes cómo sacar agua, y el pozo es profundo. ¿De dónde has sacado esta agua viva?" ¿Eres más grande que nuestro padre Jacob, que nos proporcionó este pozo y lo bebió él mismo, junto con sus hijos y su ganado? Jesús aclaró: "Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua del espíritu vivo no tendrá sed jamás. Y esta agua viva se convertirá en él en fuente de refrigerio que salta hasta la vida eterna" Nalda, intrigada, exigió: "Dame esa agua de la que no tengo sed". Además, cualquier regalo que una samaritana pudiera recibir de un judío de tal distinción sería motivo de alegría."

    Al principio, Nalda respondió coquetamente debido a que malinterpretó la amabilidad y el discurso metafórico de Jesús como coqueteo. Sin embargo, la firme petición de Jesús: "Mujer, ve a buscar a tu marido y tráelo aquí", la hizo adoptar un tono más serio. Jesús reconoció su honestidad y le dijo: "Has dicho la verdad, porque, aunque hayas tenido marido en el pasado, la persona con la que vives actualmente no es tu marido. Preferiría que te abstuvieras de jugar con mis palabras y, en cambio, persiguieras el agua vital que hoy te he proporcionado."

  • Nalda esquiva la oferta de Jesús

    Esta conversación impulsó a Nalda a una contemplación más profunda. Se sintió humillada y expresó su arrepentimiento diciendo: "Señor mío, me arrepiento de mi manera de hablarte, pues percibo que eres un hombre santo o tal vez un profeta"; sin embargo, reorientó la conversación hacia las prácticas religiosas, preguntando: "Nuestros antepasados adoraban en este monte, y sin embargo tú afirmas que Jerusalén es el lugar apropiado para el culto; ¿qué lugar es el más apropiado para adorar a Dios?"Jesús expone pacientemente la trascendencia de los lugares físicos en el culto, subrayando que "Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad", haciendo hincapié en la autenticidad del culto más que en el lugar.

    Nalda haría un intento más de evitar discutir la embarazosa cuestión de su vida personal y respondería con preguntas sobre religión en general. Afirmó: "Sí, ya sé, señor, que Juan ha predicado acerca de la venida del Convertidor, el que será llamado el Libertador, y que, cuando venga, nos declarará todas las cosas" -y Jesús, interrumpiendo a Nalda, dijo con sorprendente seguridad: "Yo, que hablo contigo, soy él."

  • Nalda acepta la oferta

    Esta conversación impulsó a Nalda a una contemplación más profunda. Se sintió humillada y expresó su arrepentimiento diciendo: "Señor mío, me arrepiento de mi manera de hablarte, pues percibo que eres un hombre santo o tal vez un profeta"; sin embargo, reorientó la conversación hacia las prácticas religiosas, preguntando: "Nuestros antepasados adoraban en este monte, y sin embargo tú afirmas que Jerusalén es el lugar apropiado para el culto; ¿qué lugar es el más apropiado para adorar a Dios?"Jesús expone pacientemente la trascendencia de los lugares físicos en el culto, subrayando que "Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad", haciendo hincapié en la autenticidad del culto más que en el lugar.

    Nalda haría un intento más de evitar discutir la embarazosa cuestión de su vida personal y respondería con preguntas sobre religión en general. Afirmó: "Sí, ya sé, señor, que Juan ha predicado acerca de la venida del Convertidor, el que será llamado el Libertador, y que, cuando venga, nos declarará todas las cosas" -y Jesús, interrumpiendo a Nalda, dijo con asombrosa seguridad: "Yo, que hablo contigo, soy él."

  • Nalda cuenta su historia

    Al día siguiente, Nalda relató su experiencia con Jesús al apóstol Juan Zebedeo, diciendo que él le había contado todo lo que ella había hecho. Jesús, un desconocido, le había dicho que vivía con un hombre que no era su marido. Sin duda, su alma era un libro abierto a sus ojos, y la mente de Nalda, ante este hombre de Dios, pasó por delante de ella toda su vida pasada: había tenido cinco maridos, habiendo vivido con cuatro hombres distintos.

    Nalda cambió de vida y se convirtió en una fiel seguidora de Jesús. El sábado por la tarde del 13 de mayo del año 30 de nuestra era, Jesús resucitado se apareció a Nalda y a unos setenta y cinco creyentes samaritanos cerca del pozo de Jacob. Era la Decimoséptima aparición de Jesús del Maestro Decimoséptima aparición de Jesús.

Lecturas sugeridas de este ensayo

Personas relacionadas

  • Nalda

    Nalda conoció a Jesús en el Pozo de Jacob.

  • Jesús

    Hijo de Dios, Hijo del Hombre. Hijo Creador del Universo.

Colaboradores

Gregg Tomusko, Mike Robinson, Gary Tonge

Referencias y fuentes

  • 143:4.1-3 Judíos y samaritanos se evitaban mutuamente.
  • 143:5.1-11 Jesús habla con Nalda en el pozo de Jacob.
  • 143:5.12-13 Nalda cuenta a Juan que Jesús le dijo todo lo que había hecho.
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