La sexta aparición de Jesús 

Hacia las cuatro y media de la tarde del domingo 9 de abril del año 30 de la era cristiana, quince minutos después de su La quinta aparición de Jesús, Jesús se apareció a unos cuarenta creyentes griegos en casa de Flavio. Mientras estaban ocupados discutiendo los informes que habían oído de que el Maestro había sido visto, aunque todas las puertas estaban atrancadas por miedo a los judíos hostiles, Jesús apareció en medio de ellos y dijo: "La paz sea con vosotros. Aunque el Hijo del hombre apareció en la tierra entre los judíos, vino para servir a todos los hombres. En el reino de mi Padre no habrá judíos ni gentiles; todos seréis hermanos: los hijos de Dios. Id, pues, por todo el mundo, proclamando este Evangelio de salvación, tal como lo habéis recibido de los embajadores del Reino, y yo os haré partícipes de la fraternidad de los hijos del Padre, de la fe y de la verdad" Jesús se despidió y ya no le vieron más.

Los griegos permanecieron en la casa, sobrecogidos de temor y temerosos de sus enemigos. Ver y oír a un hombre que estaba muerto, no es propicio para conciliar el sueño. Permanecieron despiertos toda la noche, excitados al visualizar al Maestro, discutían animadamente sobre Jesús y se negaban a dormir por si Jesús volvía a visitarles. Muchos de estos griegos habían acampado en Getsemaní, velado y presenciado el Traición y arresto de Jesús de Jesús.

Como cuando uno descubre que es verdad algo que siempre había esperado que lo fuera, se produjo una oleada de excitación que electrizó a todos los creyentes al oír hablar de la resurrección de Jesús y de sus apariciones en distintos lugares a diversos creyentes. Y ahora que los Once apóstoles (menos Judas Iscariote) tenían tiempo a solas para reflexionar solemnemente y considerar la posibilidad de que Jesús estuviera vivo, Jesús esperaba verlos de nuevo. Mientras tanto, el Sanedrín no hacía más que multiplicar los problemas que tenían con Jesús de Nazaret.

Con sólo quince minutos separando la aparición de Jesús a la mujer y luego a los griegos en diferentes lugares, y considerando que todas las entradas estaban bien cerradas, el El cuerpo morontial resucitado de Jesús de Jesús tenía claramente capacidades espirituales y no físicas.