Jesús

Los fundamentos del ministerio de Jesús

Este capítulo explora las decisiones clave y los primeros acontecimientos que configuraron el ministerio público de Jesús. Desde su bautismo por Juan, que culminó en sus cuarenta días en el desierto, donde tomó decisiones cruciales sobre su misión, hasta el llamamiento de sus apóstoles, Jesús estableció los principios espirituales y la misión que definirían su obra.

Cuatro días llenos de acontecimientos y la primera gira de predicación

Jesús comienza su labor pública con los apóstoles, predicando en las sinagogas y curando a los enfermos mientras las multitudes siguen congregándose. Sus poderes curativos y el aumento de las multitudes marcan un cambio en el protagonismo de su ministerio. Esta gira ofrece a sus apóstoles la oportunidad de poner en práctica su formación mientras Jesús cura, predica y navega por el delicado equilibrio entre los seguidores de Juan y los suyos.

La segunda y la tercera gira de predicación

Jesús expande su alcance durante la segunda y tercera gira de predicación, formando evangelistas y enseñando verdades espirituales a través de parábolas. El ministerio se centra menos en los milagros y más en la predicación cuando Jesús comienza su viaje a Nazaret y más allá. Este capítulo también trata de la formación por parte de Jesús de un Cuerpo Evangelístico Femenino y de sus razones para introducir las parábolas en sus métodos de enseñanza.

Prominencia curativa y un milagro planeado

Este capítulo abarca el ascenso de Jesús como sanador, con multitudes que seguían cada uno de sus movimientos. También incluye uno de sus principales milagros, que realizó con premeditación e intención: la alimentación de los cinco mil. Este milagro llevó a la gente a declararlo rey, sólo para ser reprendidos cuando enfatizó la naturaleza espiritual de su reino.

El Sermón de Época y el Comienzo de su Fase Final

En su sermón de época, las enseñanzas de Jesús avanzan hacia verdades espirituales más profundas y se centran en el concepto de libertad espiritual, lo que provoca división entre sus seguidores. Concluye con la confesión de Pedro de que Jesús es el Hijo de Dios, lo que marca el comienzo de la cuarta y última etapa de su vida en la tierra.

La gira por la Decápolis y las fiestas de Jerusalén

Jesús y sus apóstoles recorren la Decápolis, predicando tanto a judíos como a gentiles sin dejar de evitar los enredos políticos. En la Fiesta de los Tabernáculos, Jesús hace audaces declaraciones de su divinidad, creando más división entre los líderes judíos. Este capítulo se centra en la creciente oposición a Jesús por parte de las autoridades religiosas cuando empieza a predicar de forma más directa.

Enfrentándose a las autoridades religiosas

Jesús se enfrenta a los líderes religiosos judíos en la Fiesta de la Dedicación y durante la curación del mendigo ciego, Josías. Sus acciones y enseñanzas provocan que los líderes intensifiquen sus esfuerzos para socavarle, aunque sus milagros siguen atrayendo seguidores. Sus enseñanzas públicas, especialmente sus pronunciamientos en el Pórtico de Salomón, desafían aún más el sistema religioso tradicional.

Parábolas, enseñanzas y la resurrección de Lázaro

Jesús continúa sus enseñanzas a través de parábolas, profundizando en la comprensión espiritual de sus seguidores al tiempo que enfatiza aún más el perdón y la fe. La resurrección de Lázaro es un momento crucial en el ministerio de Jesús, que demuestra su autoridad sobre la vida y la muerte y presagia su propia resurrección. Este milagro acelera la oposición de las autoridades judías, que ven crecer la influencia de Jesús.

Últimas enseñanzas y preparativos en Pella

Cuando Jesús se prepara para la culminación de su misión terrenal, se centra en la enseñanza en Pella, utilizando la parábola del hijo pródigo y el administrador astuto para hacer hincapié en el perdón, la salvación y la preparación espiritual. En este capítulo se destacan las últimas enseñanzas de Jesús sobre el reino de los cielos y la importancia de la preparación espiritual cuando se acerca su entrada definitiva en Jerusalén. Sus enseñanzas son un reflejo de las verdades espirituales más profundas que definirán sus últimos días en la tierra.

La llegada triunfal y la limpieza del Templo

En su último viaje por el sur de Perea, Jesús impartió enseñanzas sobre la humildad, el matrimonio y la salvación, que culminaron con la curación de un ciego en Jericó, su último milagro público. Al entrar en Jerusalén, fue recibido con elogios, pero las tensiones con los líderes religiosos aumentaron. Su limpieza del templo y sus últimas enseñanzas significaron un desafío a la comercialización sagrada y prepararon el terreno para los acontecimientos que condujeron a su crucifixión, cumpliendo así su misión de redención espiritual.

Los últimos días de ministerio público

Jesús se enfrenta a los desafíos de las autoridades religiosas que intentan atraparle con cuestiones políticas y teológicas, pero él responde con sabiduría, desenmascarando su hipocresía y revelando verdades espirituales más profundas. En su último discurso público sobre la filiación y la ciudadanía, Jesús condena la arrogancia de los dirigentes, advierte de la destrucción de Jerusalén como consecuencia del rechazo de la verdad y se retira a la soledad mientras Judas trama la traición.